sábado, 26 de junio de 2010

Entre luces y sombras II

Cuando abrió los ojos lo único que podía ver era oscuridad. El aire de aquella habitación estaba tan cargado de humedad que el simple hecho de respirar se convertía en una tortuosa rutina. En ese preciso instante su olfato, tan bueno como de costumbre, captó un olor desagradable que se acercaba a ella. Las luces, o mejor dicho la única que luz que había y que colgaba precariamente del techo, se encendió, y en cuestión de segundos una especie de sombras se transformaron en personas, para ser exactos tres chicos y dos chicas. Todos, más o menos, de la misma edad de Gema. El más corpulento de todos empezó a dar vueltas alrededor de esta, que estaba atada a una silla que parecía sacada de la época victoriana, mientras hablaba con la voz que utilizaría alguien con años y años de experiencia en la vida, la voz de la sabiduría:

-¿Sabes por qué estas aquí?- un escalofrío le recorrió el cuerpo "¿había escuchado antes esa voz?", pensó para sus adentros.

-No... no-o te-tengo ni ide-ea- no podía controlar su voz, sencillamente estaba tan aterrorizada que ni lo intentaba siquiera.

-Pues...- una de las chicas empezó a hablar mientras con la mirada pedía permiso al chico corpulento para continuar- yo misma te lo puedo decir- una sonrisa atravesó su rostro, ahora casi podría parecer un ángel, casi- estas aquí sentada, porque aquello que te rodea, no es lo que tu crees, no es lo que tu piensas, no se parece a la verdadera realidad- "¿verdadera realidad?", aquella chica estaba loca, "¿acaso alguien puede imaginarse una falsa realidad?", no tenía ni pies ni cabeza...
-Mira, no entiendo que hago aquí, pero estoy segura de que no es a mi a quién buscabais- Gema, sin duda había conseguido calmarse y tomar consciencia de lo que le rodeaba, o al menos eso pensaba- si con lo que has dicho, te quieres referir a un mundo de fantasía, desde luego, te has equivocado de persona...

-Nosotros somos sombras y ella es luz, no debería estar aquí- dijo uno de los otros dos chicos, sin duda el más pequeño porque, aunque realmente aparentaba la misma edad que los demás, parecía mucho más joven e inmaduro... un momento... "¿ha dicho que soy luz? y ¿él es sombra?"

-Yo también soy luz y estoy con vosotros- era el otro chico, el más guapo sin duda y a la vez distinto a los demás

-Pero tú eres diferente, Daniel, tú eres de los nuestros, y no de esas luciérnagas sin corazón- se llamaba Daniel... espera, "¿y eso a mi, que más me da?, céntrate Gema, céntrate"

-¿Podeis explicarme que esta pasando aquí?- ya era suficiente, necesitaba entender lo que estaba pasando.

-Sencillamente, formas parte de todo aquello en lo que te niegas a creer, y no me refiero a vampiros, hombres lobos, hadas o duendes, sino...- Daniel le interrumpió



-Perteneces a un mundo que se debate en silencio entre luces y sombras; ambas partes importantes y destinadas a coexistir para poder existir.

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