lunes, 28 de junio de 2010

Vivir a todo color II

Al salir por la boca del metro sentía el aire contaminado. No podía parar de pensar en que mi vida, con solo 24 años, ya era monótona y aburrida. La rutina me atrapada cada día en una interminable espiral de la que nunca he conseguido salir.

Cuando llegue a la revista vi a mi chica apoyada en el recibidor. Era guapa y simpática, siempre había sido la tía más buena del grupo y para ser sinceros jamás imagine que fuera mía, pero lo fue y poco después me di cuenta de que le sobraba una de todas sus cualidades, era demasiado independiente. De hecho en más de una ocasión ya me ha rechazado al pedirla vivir juntosporque aunque parezca extraño soy yo quien se lo ha pedido, que ¿por qué? muy sencillo no quiero seguir en la casa de mis padres ni comprarme un piso yo solo.

-¡Eva!- se giró y como si estuviera observando a la mismísima diosa afrodita, abrí la boca de par en par, ¡estaba radiante!. Llevaba ese magnífico vestido que le había regalado para su cumpleaños, aquel que marcaba cada una de sus curvas, y por si ese fuera poco encanto, me sonrió con esa partícular forma suya que tanto me gustaba y me volvía loco. Entre tanto yo me había acercado a ella- ¿qué haces aquí?

-Solo venía para enseñarte el modelito que me voy a poner para la cena de esta noche por tu cumpleaños- ¡oh Dios mío!, era cierto, ¡mi cumpleaños! - Quiero que esta noche te vayas a la puerta de mi casa, con tu mejor traje, y me esperes. Llegaré a eso de las diez ¿ok?- sin palabras, totalmente mudo, ¡era mi cumpleaños y ni siquiera lo había recordado!- ¡Víctor!


-Sí, claro, por supuesto. Estaré allí- se disponía a irse cuando me besó. Me encantaban sus labios, eran dulces, sensuales y seductores a la vez. Aquella era mi chica, esa mujer casi perfecta que solo me besaba a mi.

Enbelesado fui al ascensor y subí hasta el tercer piso donde me espera esa odiosa rutina de la que tanto os he hablado. No me sentía con fuerzas para currar y lo cierto es que aunque estuviera allí terminaría haciendo poca cosa; pero la realidad es esta y hoy por hoy si no trabajas no comes, es ley de vida.

domingo, 27 de junio de 2010

Entre luces y sombras III

Todos los allí presentes enmudecieron porque para bien o para mal cada uno de ellos en sus pensamientos creían lo mismo.

Gema estaba aterrada. "Menuda panda de locos" pensó para sus adentros, "que pena que un chico tan guapo se desperdicie de esta forma".

-Mirar, no entiendo nada, pero sé y estoy segura de que jamás lo entenderé- Gema estaba buscando las palabras adecuadas, pero es que no tenía otro nombre que...- secta, esto parece una verdadera seecta; "Daniel, tú no eres como ellos", "un mundo que se debate entre luces y sombras", ¡que chorradas!- las carcajadas empezaron a brotar sin que pudiera hacer nada para contenerlas- y por si fuera poco me habeis llamado... como era... ¡luz!- su risa lleno la habitación cubriendo el silencio incómodo en el que se habían sumido los demás mientras ella hablaba.

-¡Basta!- Gema paro de reir a la vez que todos miraron al chico robusto de antes- es suficiente, quizás sea necesario que veas para creer- sus palabras estaban tan afiladas como el filo de una navaja y provocaron unos sentimientos en Gema que jamás había sentido juntos, estaba confundida, aterrorizada y nerviosa, a la vez.

-Rubén, no creo que sea necesario...- Daniel parecía estar tan atemorizado como Gema- yo la haré entrar en razón

-No creo que lo consigas y no tenemos el suficiente tiempo como para comprobarlo, así que será mejor que lo descubra por si sola; por favor Eric, procede- su voz era serena y autoritaria, sin duda alguna era el líder de todos los que allí estaban congregados.

-¡No!, te lo ruego, por favor, déjame intentarlo- sus ojos se teñían de lágrimas a la par que mi corazón se encogía por el miedo. Rubén fue despacio hacía este y tomo la barbilla de Daniel con sus manos.

-No hay tiempo, es necesario- Daniel cerró los ojos con fuerza mientras se levantaba con cautela.

-En tal caso, prefiero irme- y tras pronunciar aquellas palabras cargadas de rabia contenida, o al menos eso pensó Gema, se marchó con paso firme hacia la puerta, la cual, no había podido observar hasta ese instante. "¿Qué tendrán pensado hacer conmigo para que ni siquiera Daniel, que parecía tan fuerte y valiente, quisiera verlo?" pensó mientras la cabeza le daba vueltas y la habitación giraba a su alrededor a un ritmo vertiginoso.

-Eric, ¿serías tan amble?- no era una pregunta, era una orden, cortes, pero orden. Este, que era el más pequeño de los chicos, se encaminó de forma sigilosa a la posición de Gema y antes de que ella pudiera hablar, Eric hizo un leve movimiento con el que la dejó tumbada en el suelo, inconsciente.

sábado, 26 de junio de 2010

¡Adelante!

Por que debemos darnos cuenta de que siempre hay algo o alguien por quien luchar.

Entre luces y sombras II

Cuando abrió los ojos lo único que podía ver era oscuridad. El aire de aquella habitación estaba tan cargado de humedad que el simple hecho de respirar se convertía en una tortuosa rutina. En ese preciso instante su olfato, tan bueno como de costumbre, captó un olor desagradable que se acercaba a ella. Las luces, o mejor dicho la única que luz que había y que colgaba precariamente del techo, se encendió, y en cuestión de segundos una especie de sombras se transformaron en personas, para ser exactos tres chicos y dos chicas. Todos, más o menos, de la misma edad de Gema. El más corpulento de todos empezó a dar vueltas alrededor de esta, que estaba atada a una silla que parecía sacada de la época victoriana, mientras hablaba con la voz que utilizaría alguien con años y años de experiencia en la vida, la voz de la sabiduría:

-¿Sabes por qué estas aquí?- un escalofrío le recorrió el cuerpo "¿había escuchado antes esa voz?", pensó para sus adentros.

-No... no-o te-tengo ni ide-ea- no podía controlar su voz, sencillamente estaba tan aterrorizada que ni lo intentaba siquiera.

-Pues...- una de las chicas empezó a hablar mientras con la mirada pedía permiso al chico corpulento para continuar- yo misma te lo puedo decir- una sonrisa atravesó su rostro, ahora casi podría parecer un ángel, casi- estas aquí sentada, porque aquello que te rodea, no es lo que tu crees, no es lo que tu piensas, no se parece a la verdadera realidad- "¿verdadera realidad?", aquella chica estaba loca, "¿acaso alguien puede imaginarse una falsa realidad?", no tenía ni pies ni cabeza...
-Mira, no entiendo que hago aquí, pero estoy segura de que no es a mi a quién buscabais- Gema, sin duda había conseguido calmarse y tomar consciencia de lo que le rodeaba, o al menos eso pensaba- si con lo que has dicho, te quieres referir a un mundo de fantasía, desde luego, te has equivocado de persona...

-Nosotros somos sombras y ella es luz, no debería estar aquí- dijo uno de los otros dos chicos, sin duda el más pequeño porque, aunque realmente aparentaba la misma edad que los demás, parecía mucho más joven e inmaduro... un momento... "¿ha dicho que soy luz? y ¿él es sombra?"

-Yo también soy luz y estoy con vosotros- era el otro chico, el más guapo sin duda y a la vez distinto a los demás

-Pero tú eres diferente, Daniel, tú eres de los nuestros, y no de esas luciérnagas sin corazón- se llamaba Daniel... espera, "¿y eso a mi, que más me da?, céntrate Gema, céntrate"

-¿Podeis explicarme que esta pasando aquí?- ya era suficiente, necesitaba entender lo que estaba pasando.

-Sencillamente, formas parte de todo aquello en lo que te niegas a creer, y no me refiero a vampiros, hombres lobos, hadas o duendes, sino...- Daniel le interrumpió



-Perteneces a un mundo que se debate en silencio entre luces y sombras; ambas partes importantes y destinadas a coexistir para poder existir.

sábado, 19 de junio de 2010

Entre luces y sombras

Gema estaba paseando con las demás chicas por un parque cercano a su casa cuando surgió la discusión:

-Es obvio que la magia y la fantasía, con todos los seres mágicos que forman parte de ella, son irreales- argumentaba ante sus amigas- ¿Acaso creéis que de verdad existen los vampiros, los hombres lobo, las hadas, los duendes y toda esa fauna de la que hablan?- preguntaba irónicamente, indignada ante la idea de que verdaderamente pensaran que todas esas cosas eran tan reales como ellas.

-Pues claro que existen, están tan presentes en este mundo como tú y como yo- declaraba Elisabeth totalmente convencida

-¿Quién no ha pensado que nos pueden estar observando en este preciso instante?- preguntaba Felicity a la vez que se reía por aquella aparente obviedad

-¡Yo!- gritó Gema, cansada de esa estúpida conversación.

Enfadada se desvío del camino de asfalto que seguían las demás y empezó a andar rumbo a Dios sabe donde por un sendero de tierra. Todas la chillaban a su espalda que volviera, pero ella estaba harta. Era ridículo tener que soportar a cuatro chicas de entre 15 y 16 años hablando sobre cosas tan imposibles como que el día sea noche o viceversa; pero si algo tenía claro es que ya ni siquiera merecía la pena intentar hacerlas entrar en razón.

Anduvo largo trecho cuando se dio cuenta de que estaba perdida. Se sentó en una piedra que había a un lado del camino e intentó concentrarse lo suficiente como para orientarse y volver a casa. Ya estaba anocheciendo y los senderos más recónditos de un parque a oscuras no son demasiado seguros.

Oyó un ruido a su espalda. Se giró para ver que lo había producido y vio a un ser oscuro, no, en realidad se parecía más a una sombra, que se abalanzaba sobre ella; ya era demasiado tarde como para correr y le parecía tan inútil gritar que se dejo llevar por aquel extraño fantasma tenebroso.

jueves, 17 de junio de 2010

Vivir a todo color


Como cada mañana, me levanto temprano, me visto,me preparo el desayuno para llevar y me lanzo a la calle, porque, para variar, llego tarde a la oficina. He optado por el metro, ese agobiante medio de transpote que nos translada de un lugar a otro como sardinas en lata, y me lleva directo a mi usual y corriente destino: la revista

Lo siento, aún no me he presentado, que despiste; pues bien, mi nombre es Víctor y lo único que me falta en esta vida es un piso propio, porque vivo todavía en la casa de mis padres; una familia normal, ya que mis padres solo desean que me vaya de casa, mis primos me torturan y mi perro, si es que puedo incluirlo en esta categoría, me muerde cada vez que me ve; una novia común, que no reulla el hecho de irnos a vivir juntos después de tres años de relación; y, por último, un buen empleo.

Empezaré por este último, porque sinceramente es el más fácil de explicar. De pequeño, y como todos, yo quería llegar a ser alguien, quería ser astronauta; y direis "que típico", pues sí, pero era lo que quería. Por supuesto cambie muchas veces de opinión, que si esto, que si lo otro; cuando ya estaba convencido, y ya era hora, porque estaba a punto de acabar el bachiller, decidí estudiar derecho, para ser un prestigioso abogado, pero ocurrió algo que puso mis planes patas arriba: mi padre decidió traspasarme su negocio. ¡¿Os lo imaginais?! El alto cargo de una fábrica de productos de limpieza, ¡que honor! Mis planes al traste y mi vida arruinada para siempre.

Pensaba que no podía pasarme nada peor, pero por supuesto ocurrió. Poco tiempo después de estar al frente de la empresa, y ya sin posibilidades de ir a la universidad, el negocio quebró. Mi padre tenía dinero ahorrado y podía vivir con lo que le daban de jubilación, pero yo... no tenía nada. No podía estudiar, ni sacarme una carrera, ni optar por ser abogado. Tenía 19 años y ya estaba en paro.

Más o menos después de un mes, conseguí un puesto en una oficina como secretario, y entre encargo y encargo, por que sinceramente te pluriemplean, conseguí estudiar para ser periodista, trabajo que me había llamado la atención a raíz de escribir artículos para deleite personal.

A duras penas conseguí sacarme un módulo de periodismo y empecé a hechar mi curriculum a todos los periódicos y editoriales.
Un año después me ofrecieron un empleo como becario y lo acepte. De nuevo me ví relegado a chico de los recados, y justo en esa fase estoy ahora.
Quizás creais que mi vida es como la de todos los demás, pero sinceramente os puedo decir que, estariais muy equivocados.

miércoles, 16 de junio de 2010

¡Celebra la vida!

La vida hay que disfrutarla, así que aprovecha, porque este es tu momento.


martes, 15 de junio de 2010

Gestión del tiempo

Un experto asesor de empresas en Gestión del Tiempo quiso sorprender a los asistentes a su conferencia.

Sacó de debajo del escritorio un frasco grande de boca ancha. Lo colocó sobre la mesa, junto a una bandeja del tamaño de un puño y preguntó: "¿Cúantas piedras piensan que caben en el frasco?"

Después de que los asistentes hicieran sus conjeturas, empezó a meter piedras hasta que llenó el frasco. Luego preguntó: "¿Está lleno?"

Todo el mundo lo miró y asintió. Entonces sacó de debajo de la mesa un cubo con gravilla. Metió parte de la gravilla en el frasco y lo agitó. Las piedrecillas penetraron por los espacios que dejaban las piedras grandes. El experto sonrió con ironía y repitió: "¿Está lleno?"

Esta vez los oyentes dudaron: Tal vez no. ¡Bien! Y puso en la mesa un cubo con arena que comenzó a volcar en el frasco. La arena se filtraba entre los pequeños recovecos que dejaban las piedras y la grava. "¿Está lleno?" preguntó de nuevo. "¡No!", exclamaron los asistentes.

Bien dijo, y cogió una jarra de agua de un litro que comenzó a verter en el frasco. El frasco aún no rebosaba.

"Bueno, ¿qué hemos demostrado?" preguntó.

Un alumno respondió: "Que no importa lo llena que esté tu agenda, si lo intentas, siempre puedes hacer que quepan más cosas".

"¡No!", concluyó el experto: "Lo que esta lección nos enseña es que si no colocas las piedras grandes primero, nunca podrás colocarlas depués".

¿Cuáles son las grandes piedras en tu vida? Tu familia, tus amigos, tu salud, la persona a la que quieres,... Recuerda, ponlas primero. El resto encontrará su lugar.

lunes, 14 de junio de 2010

¿Algo más que amigos? II

Sentía bajo sus yemas el frío acero de la barandilla mientras bajaba las escaleras hasta el patio. Miró a su alrededor y estaba sola. Nadie podía ver las lágrimas que se deslizaban lentamente por su mejilla, ni como había empezado a temblar ante la espectativa de pasar un día más entre aquellos muros, viéndole a cada momento; aquello era sin duda toda una tortura para su débil corazón.

Sin que se lo esperara, alguien a sus espaldas le tapó los ojos con las manos:

-¿Quién soy?- Luz sobresaltada se llevó las manos a los ojos y se seco las pocas lágrimas que quedaban en su moflete a la vez que se zafaba de las manos de Vera, pues sin duda era ella.

-No estoy de humor

-Pues vaya... yo que traía una super noticia...- con la boca hizo un gesto de falsa tristeza y abrió los ojos que encerraban una "inocente" expresión de corderito, todo sin duda para que se interesara por lo que tenía que decirle.

-¿Donde estabas? No te había visto la verdad- dijo Luz extrañada a la vez que miraba a su alrededor para buscar el lugar de donde tan silenciosamente había salido Vera. Esta a su vez, decepcionada por la indiferencia de su amiga, puso mala cara.

-Qué más da... vamos a lo importante- no estaba dispuesta a dejar pasar la oportunidad de contarle esa fantástica noticia- ¿sabes? me he enterado de que Alex quiere salir con Erica, la chica pelirroja que hay en nuestra clase- al oir aquellas palabras su corazón se rompió en mil pedazos, su "Caballero Orgulloso" ya quería a otra, a esa chica pelirroja de ojos color miel que estaba sentada en primera fila, al lado de la pared que daba al pasillo, y que encima se llamaba Erica, ¡pero se puede saber que tipo de nombre es ese! No daba crédito.

De repente una lágrima volvió a brotar de sus ojos como detonante de todo un mar de llanto. Salió corriendo sin ver del todo bien por donde pisaba, solo sabía que tenía que salir de allí. Abrió la puerta del baño, dejó que saliera el agua a borbotones del grifo y comenzó a lavarse la cara una y otra vez, como si aquellas gotas se fueran a llevar de un golpe su dolor. Cansada de guardar la compostura cayó al suelo y continuó llorando, hasta que se quedara seca como una mojama, hasta que esa fatídica noticia desapareciera, se borrara de su mente y se fuera junto con sus sentimientos, pero ella bien sabía que era imposible.

Vera la abrazó de improviso y apoyó la cabeza de Luz sobre su hombro

-No llores más...- después de unos instantes continuó hablando- o sea, que era él ¿verdad?- bajo sus brazos, Luz se estremecía, sollozando a la vez que se enjugaba las lágrimas con el filo de su rebeca gris.

-Ya sabía que no puede ser pero... aún así...- la cabeza le daba vuetas a un ritmo vertiginoso a la par que su corazón latía tan rápido como mil caballos cabalgando a toda velocidad- pero... ¡no puedo olvidarle!- desconsolada, comenzó a llorar con mayor fuerza, agarrandose a Vera como si su vida dependiera de ello.

-Tranquila, ya sabes que dicen: "la esperanza es lo último que se pierde"; y tú no lo tienes todo perdido

-Cómo que no, ¡acaso no te has escuchado!, te recuerdo que le gusta otra, para ser exactos, una tal Erica

-Pero no has oído toda la noticia, ese era el principio y el resto te iba a agradar, pero como no me has dejado terminar...- Luz se separó de Vera para poder mirarle a los ojos; en ellos vió la amibilidad y la sinceridad de una buena amiga; ¿todavía había esperanza?

El timbre sono en ese preciso instante, anunciando el final de aquel atropellado recreo. Las dos amigas se levantaron y se dirigieron a clase, mientras Luz le suplicaba a Vera que le contara el resto de la noticia.

domingo, 13 de junio de 2010

"Caminante no hay camino" de Antonio Machado

Cuantas veces abremos visto, leído u oído algún fragmento de este peculiar y conocido autor que nació en 1875 y que a lo largo de su vida dejo una maravillosa obra a su paso con poemas como el que a continuación os escribo y que, a mi parecer, expresa de alguna forma su anelo de regresar a su país y a la vez su imposibilidad para hacerlo:

Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.

Nunca perseguí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.

Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse...

sábado, 12 de junio de 2010

¿Algo más que amigos?

Ensimismada, distraida, embobada, así estaba Luz en clase de lengua; absorta en sus pensamientos mientras miraba por la ventana observando el revoloteo de los pájaros que se mezclaba con el ruido del aula por la cual la profesora Clotilde paseaba, posando su mirada en cada uno de sus despistados alumnos que sin advertir apenas su presencia charlaban y se reían por todas esas cosas que se contaban unos a otros del fin de semana. Pero Luz tenía poco que contar, pues lo único en que conseguía pensar era en él. Un chico castaño de ojos marrones que se sentaba cerca de ella y al que conseguía observar gracias al reflejo que obtenía del cristal de la ventana. Quizá penseis que, por estos rasgos era como todos los demás, pero ella veía en él algo especial; su forma de hablar, de sonreir e, incluso, de andar eran diferentes a las de los demás.

Poco a poco había entablado una buena amistad con él, pero hay radicaba el problema; solo la veía como a una amiga.

Sus padres siempre le decían que el amor era algo natural, hermoso, mágico e incontrolable y que todo aquel que caiga en sus redes debe disfrutar de él; por supuesto ellos estaban muy enamorados y siempre habían conseguido superar cualquier crisis por grande que pudiese parecer.
Pero aquello a ella le parecían bobadas y cursilerías, porque el hecho de que te guste alguien es maravilloso mientras ese amor sea correspondido, de lo contrario pasa a ser un asco.

El timbre dio el aviso de que aquella estúpida clase por fin había llegado a su fin, y Luz solo podía preguntarse para que existiría una asignatura en la que nadie aprendía nada; o ¿acaso alguien sabía cual era el temario de ese año?, desde luego, ella no. Definitivamente las clases de lengua, si las daba la señora Clotilde, no tenían ningún sentido.

Entre tanto todos se habían levantado y se disponían a salir por la estrecha puerta en tropel. Vera, que era una de las amigas de Luz, se acerco a ella con sigilo, evitando que esta se diera cuenta.

-En qué piensas que estas tan distraída- le dijo Vera asustándola, a la vez que la sacaba de sus ensoñaciones.

-Pues tan despistada como los demás, ¿o es que has visto a alguien atendiendo y yo no me he dado cuenta?- desde luego intentaba eludir el hecho de tener que responder realmente a aquella simple y a la vez complicada pregunta.

-A mi no me engañas, a ti te pasa algo y sabes que lo terminaré descubriendo- se dió la vuelta para marcharse y cuando llegó al marco de la puerta se apoyó en él y añadió- por cierto, ¿no te había dicho nunca que mientes fatal?- salió de la clase e inmediatamente después se echó a reir con sorna del intento fallido de Luz por ocultar ese espantoso sentimiento que le revolvía el alma y le hacía latir el corazón como si fuese a salirse de su pecho, ese frustrante y a la par agradable sentimiento.

Sin duda y como siempre, Vera descubriría su pequeño y a la vez tan importante secreto; estaba enamorada, y si no lo estaba le faltaba poco, de aquel chico castaño de ojos marrones al cual para sus adentros, y de forma humillante si lo supieran los demás, ella había apodado "El Caballero Orgulloso", y sabía que jamás sería mutuo.

Definitivamente, el amor es un asco.

viernes, 11 de junio de 2010

Los novatos pagamos el pato

Lo cierto es que este es mi primer blog así que ruego seais condescendientes conmigo y sepais perdonar los errores que muy probablemente iré cometiendo.
En este espacio intentaré liberar todas esas cosas que me oprimen en la vida, la cual no es ni dura ni complicada, a través de cuentos, reflexiones, anécdotas,...
Ni mucho menos espero que este sea un rotundo éxito ni soy tan ilusa como para pensar en que tendrá muchos fans, pero lo cierto es que todo eso, lejos de preocuparme, me es indiferente pues no busco más que la sincera opinion de todo aquel que en algun momento se haya sentido interesado por este blog.
Gracias por leerlo y... ¡espero que os guste!=)