lunes, 28 de noviembre de 2011

It simple to break

I'm not with you tonight.
 I miss you. I love you. 
But, I don´t need you. I'm happy without you. 
I can live all on my own.


lunes, 14 de noviembre de 2011

Only a kiss

I already knew that I loved you before we met, but when I met you I wanted deny the evidence.
Well, I have to admit that we connect since the first time, who doubt it? You know it, I know it, anybody around us know it.
But my heart didn't know that I loved you until you kiss me and when you did it, my heart, didn´t know anymore.
You mean everything, I'm not kidding, my heart just need your love.
The problem is: I really love you but you only kiss me like a friend would do it so, do you love me like something else?
Please, only kiss me again but now in my lips.


viernes, 4 de noviembre de 2011

You and me and a lot of things

Primera hora. Estás completamente dormida, como si la noche anterior hubieras trasnochado. Y lo has hecho, pero no para pasártelo bien. No. Lo has hecho por obligación. Así que, ahí estás tú, con tus ojeras y tu lápiz golpeando la mesa. Con nerviosismo, desesperada porque el sueño no te atrape. Cuando una notita cae en tu mesa y la lees:

 ¿Habeis quedado a buenas?

Y pese a que no pone nada más, sabes perfectamente a qué se refiere. Así que respondes:

No hemos quedado, y punto

Y miras hacia la pizarra, dónde la profesora sigue dando su maravillosa clase de "vete-tú-a-saber-qué". Le pasas la notita a tu compañero y esperas respuesta, la cual llega cuando tus párpados están al borde del cierre.

Pero es una pena, son muchos recuerdos. No podeis dejar que esto pase.

Entonces, es cuando vas marcha atrás en el tiempo y lo recuerdas todo. Cada palabra que digiste, cada palabra que dijo. Pero parecen tan lejanas... Rememoras los momentos que pasasteis juntos. Pero son tan pocos. Recuerdas todas las veces que estuvo ahí, solo por si acaso. Pero no te ves capaz de hacerlo, porque no hubo. E intentas esforzarte en recordar por qué narices estabais juntos. Pero las razones parecen haber huido del entendimiento.

Déjalo, tú no puedes entenderlo. Esto no te está pasando a ti.

Y mientras le pasas la notita a tu compañero recuerdas que alguien una vez te explico qué era lo normal. Y sabes que tú no entras en esa definición. Lo que te dijeron que era verdad, ha dejado de ser cierto. La realidad se ha convertido en algo imprevisible. Y tú solo puedes mirar a tu alrededor y darte cuenta de que bajo la apariencia, se esconde una gruesa capa de miedos, inseguridades y mentiras. Te das cuenta de que los cuentos de hadas que escuchabas de pequeña son más ciertos de lo que creías. Lo malo es que en la realidad el bueno nunca gana. Y el malo parece bueno.

Tu amigo se ha dado por vencido. No quiere preguntar más. Y hace bien.
El día pasa. Como todos los demás. Al fin y al cabo, todo pasa. Todo. O eso creemos a veces.

Toca el timbre. Toca irse a casa. Vas derecha a por tu bicicleta. Hoy te apetece notar el aire en la cara. Sí, hoy te apetece que el aire se lleve a los malos del cuentos consigo. Pero, no. No es tan sencillo, porque al girar la esquina ves al malo esperándote junto a tu bicicleta.

- Hola- dice. Y calculas si aún te queda tiempo para huir. Sí, te gusta esa bicicleta, pero valoras más tu vida. Finalmente, te decides por lo más maduro. No dejaré que el malo se quede con mi bicicleta.

- Hola- respondes. No quieres oir más y no puedes decir nada. Un hola es más que suficiente. Y da gracias.

- Necesito hablar contigo- Y piensas que las cosas no tienen buena pinta. Él quiere hablar contigo. Tú no quieres hablar con él. No se presenta agradable.

- Ajá- No se puede decir más. Al fin y al cabo, el que quiere hablar es él, no tú.

- Querías una explicación ¿no? Aquí la tienes.- Te entrega un papel. Tú lo coges. Lo lees. Y la cara resultante es la misma que al creer que sabías la verdad: de sorpresa total. Aunque a estas alturas, la verdad ha pasado a ser un concepto abstracto.

- Yo...yo...- te esfuerzas por encontrar las palabras. Pero, no las hay. Simplemente, metiste la pata. O puede que aquello sea una mentira más. Sea como sea, el daño esta hecho.Era inevitable. Sí, te sientes mal, pero ¿qué puedes hacer ya? La relación no funcionaba. Y en tu cabeza oyes su voz diciendo:

"Mira, sé que no tienes porque creerlo. Y sé que debería estar enfadado contigo porque me dijeras todo aquello, porque no creyeras en mi y me acusaras de esa forma, pero te quiero. No, no vamos a volver a estar como antes, pero ¿quién quiere estar como antes? Las cosas han cambiado. Nosotros hemos cambiado. Y ¿qué tiene eso de malo? ¿Acaso estabamos bien antes? Ya te respondo yo. No. Y es cierto que este puede que no sea el momento. Y es cierto que el tiempo puede que sea el que nos tenga que dar una nueva oportunidad para empezar de cero. Como si yo no te conociera y como si tú tampoco me conocieras a mi. Tan solo dos extraños que se encuentran una tarde en un bar o en el autobús. Pero no tenemos tiempo. Y yo no tengo ganas de esperar a que al destino se le antoje que volvamos a encontrarnos. Porque sí, necesitamos tiempo, pero no tanto. Así que, ¿qué te parece si empezamos a intentarlo ya? No puedo prometer nada. Puede que no funcione. Es más, es posible que no pueda perdonarte. Pero, no perdemos nada por intentarlo ¿no?"

¿No hubiera sido precioso? Habrías caído rendida a sus pies. Pero una vez más, la realidad supera a la ficción. Y la respuesta viene en forma de movimiento. Se da la vuelta y se aleja. Quizás sea lo mejor. Para él, para ambos. Y tú también te das la vuelta. Ya no te apetece coger la bici. Mañana irás a por ella.

Caminas. Lento. Arrastrando los pies. Pensando en lo tonta que fuiste y lo mal que has hecho las cosas. Caminas. Y mientras caminas alguien llega a tu lado con una bicicleta cogida por los manillares. La cual se parece a tu bicicleta. No. La cual es tu bicicleta. Levantas la vista y es él de nuevo.

- Es que antes, olvidé esto.- Y te entrega otro papel. Y tú lo abres. Y lo lees. Y como era de esperar se te olvida el resto. Tan solo están esas dos palabras, tú y él. Ni pasado ni futuro. Ni tiempo ni mentiras. Tú y él. Ni buenos ni malos. Ni cuentos ni realidad posible. Tú y él. Repito. Tú y él.