lunes, 14 de junio de 2010

¿Algo más que amigos? II

Sentía bajo sus yemas el frío acero de la barandilla mientras bajaba las escaleras hasta el patio. Miró a su alrededor y estaba sola. Nadie podía ver las lágrimas que se deslizaban lentamente por su mejilla, ni como había empezado a temblar ante la espectativa de pasar un día más entre aquellos muros, viéndole a cada momento; aquello era sin duda toda una tortura para su débil corazón.

Sin que se lo esperara, alguien a sus espaldas le tapó los ojos con las manos:

-¿Quién soy?- Luz sobresaltada se llevó las manos a los ojos y se seco las pocas lágrimas que quedaban en su moflete a la vez que se zafaba de las manos de Vera, pues sin duda era ella.

-No estoy de humor

-Pues vaya... yo que traía una super noticia...- con la boca hizo un gesto de falsa tristeza y abrió los ojos que encerraban una "inocente" expresión de corderito, todo sin duda para que se interesara por lo que tenía que decirle.

-¿Donde estabas? No te había visto la verdad- dijo Luz extrañada a la vez que miraba a su alrededor para buscar el lugar de donde tan silenciosamente había salido Vera. Esta a su vez, decepcionada por la indiferencia de su amiga, puso mala cara.

-Qué más da... vamos a lo importante- no estaba dispuesta a dejar pasar la oportunidad de contarle esa fantástica noticia- ¿sabes? me he enterado de que Alex quiere salir con Erica, la chica pelirroja que hay en nuestra clase- al oir aquellas palabras su corazón se rompió en mil pedazos, su "Caballero Orgulloso" ya quería a otra, a esa chica pelirroja de ojos color miel que estaba sentada en primera fila, al lado de la pared que daba al pasillo, y que encima se llamaba Erica, ¡pero se puede saber que tipo de nombre es ese! No daba crédito.

De repente una lágrima volvió a brotar de sus ojos como detonante de todo un mar de llanto. Salió corriendo sin ver del todo bien por donde pisaba, solo sabía que tenía que salir de allí. Abrió la puerta del baño, dejó que saliera el agua a borbotones del grifo y comenzó a lavarse la cara una y otra vez, como si aquellas gotas se fueran a llevar de un golpe su dolor. Cansada de guardar la compostura cayó al suelo y continuó llorando, hasta que se quedara seca como una mojama, hasta que esa fatídica noticia desapareciera, se borrara de su mente y se fuera junto con sus sentimientos, pero ella bien sabía que era imposible.

Vera la abrazó de improviso y apoyó la cabeza de Luz sobre su hombro

-No llores más...- después de unos instantes continuó hablando- o sea, que era él ¿verdad?- bajo sus brazos, Luz se estremecía, sollozando a la vez que se enjugaba las lágrimas con el filo de su rebeca gris.

-Ya sabía que no puede ser pero... aún así...- la cabeza le daba vuetas a un ritmo vertiginoso a la par que su corazón latía tan rápido como mil caballos cabalgando a toda velocidad- pero... ¡no puedo olvidarle!- desconsolada, comenzó a llorar con mayor fuerza, agarrandose a Vera como si su vida dependiera de ello.

-Tranquila, ya sabes que dicen: "la esperanza es lo último que se pierde"; y tú no lo tienes todo perdido

-Cómo que no, ¡acaso no te has escuchado!, te recuerdo que le gusta otra, para ser exactos, una tal Erica

-Pero no has oído toda la noticia, ese era el principio y el resto te iba a agradar, pero como no me has dejado terminar...- Luz se separó de Vera para poder mirarle a los ojos; en ellos vió la amibilidad y la sinceridad de una buena amiga; ¿todavía había esperanza?

El timbre sono en ese preciso instante, anunciando el final de aquel atropellado recreo. Las dos amigas se levantaron y se dirigieron a clase, mientras Luz le suplicaba a Vera que le contara el resto de la noticia.

2 comentarios:

  1. Es necesario esperar, aunque la esperanza haya de verse siempre frustada, pues la esperanza misma constituye una dicha, y sus fracasos, por frecuentes que sean, son menos horribles que su extinción.
    Samuel Johnson (1709-1784)

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  2. La amistad es como la salud: Nunca nos damos cuenta de su verdadero valor hasta que la perdemos......

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