sábado, 11 de diciembre de 2010

Vivir a todo color IV

El frío se colaba por los huecos que había dejado su abrigo al salir corriendo. El bar donde se encontraba no era gran cosa, un poco cutre y sin calefacción, aunque con buena música pues de fondo sonaba "Leave out all the rest" de Linkin Park. Fue entonces cuando se puso a hacer memoria de lo que había sucedido.



Unos minutos antes...

-Oye tío, en serio, cuando vas a venir... sí, dijiste que estubiera a las diez... no, no me vale... bua, paso... me doy una vuelta y vuelvo a casa... jamás se puede contar contigo tío... va, adiós, ya hablamos Jorge- mira que no decirle antes que no podía. En fin, ahora le tocaba darse una vuelta, porque como le había dicho a sus padres que se iba y llegaría tarde, ellos habían montado una super fiesta para abueletes en su casa. Vamos, genial.

Empezó a dar una vuelta por allí cuando vió a Eva, pero no estaba sola. El tipo que la acompañaba era un guaperas de libro, alto, musculoso y sobre todo chulo, o al menos lo parecía. Se iba a acercar cuando lo vió. No quería creerlo, no podía ser cierto, pero sus ojos le decían lo contrario. Miró fijamente la esclava de plata que llevaba en la muñeca, era un regalo que ella le hizo justo ayer por su cumpleaños, ¿cómo podía hacerle hoy esto? ¡Besarse con otro un día después de que le dijera que le amaba más que a nadie en este mundo! Sin pensarlo un minuto más fue directo hacia ellos. Al verle, a Eva, se le desencajo la cara, y al chulito se le pintó una burlona sonrisa en la cara. A él, le dió un puñetazo en plena cara, el cual sinceramente le dolió bastante, todo sea dicho, y a ella le tiró a la cara la pulsera, la cual ,seguramente, solo fuera una señal de arrepentimiento. Después de esto salió corriendo, por dos imperiosos motivos: primero, para no recibir el golpe de vuelta de aquel gorila, y dos, para olvidar cuanto antes la cara de esa persona a la que tanto quería y que tantísimo daño le acababa de hacer. Tocado y hundido.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Algo más que amigos IV

Las agujas del reloj que colgaba de la pared del salón parecían repiquetear en sus oidos cada vez que marcaban los minutos. Esperaba esa llamada pero no tenia claro que respondería. Llevaban más de una semana sin hablarse, pues después de lo ocurrido en aquel bar, en concreto lo que ella le había contado, no le había vuelto a dirigir la palabra. ¿Cómo no se lo había dicho desde el principio?

El teléfono sonó sin previo aviso y, pese a que lo estaba aguardando, se sobresaltó.

-Sí, digamé- quizás el tono fue demasiado agudo

-Em, sí, perdone, ¿está Luz?- un momento, no podía ser Vera porque era un chico, entonces, ¿quién era?

-Sí, claro, soy yo

-Ah! Hola Luz, no te había reconocido. - era Víctor, su mejor amigo- es que te llamo para saber si haces algo este finde, porque como ultimamente no tienes otros planes que quedarte en casa sola y aburrida...

-Pues resulta que este finde estoy muy atareada, veamos, tengo que leer un poco, dormir, ver la tele, y vaguear, así que no se si tendre tiempo- ambos nos empezamos a reir, a bromear, a vivir; de hecho, de repente tube la sensación de que llevaba días en estado de coma y acababa de despertar

-Bueno, ya veo que tienes la agenda apretadisima, pero es mi obligación robarte la tarde del sábado, porque estoy tan deprimido y llevo tantos días solos en mi casa leyendo, durmiendo viendo la tele, y ¿qué más era? ah sí, vagueando, que necesito salir aunque sea un rato, ¿me harás ese favor?- siempre tan irónico y graciosillo

-De acuerdo, lo haré por ti, pero después vuelves a tu cama para dormir leer y lo que se te antoje sin que te molesten ¿de acuerdo?

-Prometido- no sé cómo pero al final nos habíamos intercambiado los papeles, él era yo y yo era él- quedamos pues mañana a las dos para comer juntos y luego ver una peli- ¡Dios mío! ¿ya era viernes?-Ciao. pi pi pi...- por supuesto había colgado sin esperar contestación; siempre hacía lo mismo. Luz por su parte también colgó pero el teléfono volvió a sonar.

-Sabía que volverías a llamar para esperar respuesta- seguro que era él diciendole algo así como "bueno, al final sí, ¿verdad?", no había llamda que no lo hiciera, era un hombre de costumbres

-Emm, si llamó en mal momento puedo intentarlo más tarde- ¡Mierda! Era Vera.

-No, no. No es necesario, solamente pensé que eras otra persona.- ¡Que metedura de pata!

-Pero, ¿seguro?, sino llamó más tarde que no importa de verdad

-Que no mujer, no es necesario. Bueno, dime...- lo mejor era pasar el mal trago cuanto antes

-Mira, yo quería disculparme por lo haberlo mencionado antes

-Ciertamente no fue muy acertado

-Lo sé, pero como sabía que te lo tomarías mal...

-¡¿Qué?!, ¡No me he tomado mal lo que dijiste sino cuando lo dijiste!

-Ya, claro

-Verás, yo pensaba que eras mi amiga porque yo te caía bien y de repente descubro que te acercaste por interés, así que, sí, puede que eso me cabreara, pero lo que más me molesto es que solo me lo dijiste algo así como, no sé, ¿un mes después?, y es que como comprenderás es duro saber que solo se acercan a ti para poder llegar a tu mejor amigo.- Luz colgó cabreada y un enorme silencio invadió sus casas, tanto la de un lado como la del otro del hilo telefónico.