lunes, 12 de diciembre de 2011

Take a breath

Sé que lo has pensado. Una y mil veces. Sé que en algún momento se ha posado en tu cabeza esa duda y no te ha dejado dormir a gusto. Sé que intentaste evitarlo, pero para qué negarlo, hay cosas que no se pueden evitar. Quizás haya sido por culpa de una palabra, de una mirada, de un roce; o quizás nada ni nadie tenga la culpa, pero al final la duda sigue ahí y parece que no quiere que la respondas, aunque te tortura para que lo hagas.
¿Que de qué estoy hablando? ¿Que cuál es mi duda?
Muy sencillo, mi única duda es ¿por qué tú lo dudas?


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