- Las estrellas
- ¿Las estrellas?
- Sí, las estrellas, ¿qué hay de raro en eso?
- Pues, que aún es de día.
- Bueno, eso no significa que no estén ahí- ella le mira a los ojos, buscando la forma de hacerle entender- Cuando yo era pequeña solía ir a la casa de mi abuela, que estaba en un pueblo perdido de Toledo. Normalmente íbamos en inverno, por navidades.
"Allí nos reuníamos toda la familia, pese a que no fuéramos muchos, alrededor de la chimenea del salón y nos dábamos los regalos. Yo, entre tanto, acostumbraba a aprovechar el despiste de mis padres, ante la ilusión de abrir aquellos bonitos envoltorios, y me escapaba fuera de la casa. Me tumbaba en el césped del jardín y observaba el cielo. Estaba plagado de estrellas. Me daba igual el frío e incluso la nieve, yo quería ver las estrellas."
"Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que hice aquello. He crecido, y ya no está bien visto escaparte para hacer cosas como esa. Pero, gracias a ello, me he dado cuenta de que, para ver las estrellas no hace falta poner tu vista en el cielo."
La chica deja de mirar el inmenso manto azul oscuro que cubre sus cabezas, y le observa a él de nuevo.
No, no hace falta levantar tus ojos al cielo cuando hay estrellas que brillan con luz propia desde aquí abajo.
You are one of them
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