miércoles, 4 de enero de 2012

I'll be there for you

Ya sabéis lo que dicen: "Año nuevo, vida nueva". 
Pues no les hagáis ni caso.

Parece que cuando comienza un año se debe olvidar todo lo que ha ocurrido en el anterior, y no es cierto. Hay que recordarlo todo, tanto lo bueno como lo malo. 

Puede que ciertas partes sean dolorosas o nos cueste más asumirlas, puede que hayamos cometido muchos errores o hayamos tropezado demasiadas veces, puede que no queramos echar la vista atrás por mucho tiempo, pero es necesario.

¿Que por qué es necesario? Muy sencillo, porque precisamente en esos malos momentos, en esos días de debilidad, cuando no queríamos ver lo que estaba ante nosotros y solo deseamos llorar, siempre hubo alguien a nuestro lado. Siempre hubo un amigo que nos hizo reír, pese a que nosotros nos negáramos a hacerlo, nos escuchó una y mil veces aunque siempre dijéramos lo mismo, nos mostró que la vida es mágica y que seremos felices si realmente nos esforzamos en serlo, sonriendo, viendo el lado positivo, encontrado la nota de color.

Sí, con eso es con lo que hay que quedarse, con que estuvimos abajo así que estaremos arriba sin mucha tardanza, que caímos y encontramos una mano que nos ayudó a levantarnos, que lloramos pero hubo quién nos ayudó a secarnos las lágrimas. Y todo lo negativo, seguirá ahí, para recordarnos que sin cosas malas, no habría cosas buenas.

Y si nada de esto os convence, el tiempo se encargará de darme la razón. Porque esas personas no sólo están en los momentos malos, no. Esas personas, a las que sin saber muy bien cuando empezamos a llamar amigos, se quedan ahí para siempre.


No hay comentarios:

Publicar un comentario