viernes, 23 de julio de 2010

Vivir a todo color III

"¡Oh Dios mío! ¿cómo he podido?, ¡¿qué he hecho?!". Eso pensaba Eva mientras trataba de vestirse lo más rápido posible para poder llegar a su cita con Víctor por su cumpleaños. "¡Encima se me ocurre hacerlo el día de su cumpleaños!". Y mientras, ella, se terminaba de calzar en el ascensor de camino a su coche, estacionado en el aparcamiento de aquel hotel, le sonó el móvil.

-¿Sí?

-Hola cariño- maldita sea era él ¿me habrá pillado? No, imposible.- ¿donde has dicho que íbamos a cenar?-uf! Menos mal. Salvada.

-No recuerdo habértelo dicho

-¿Seguro?, yo recuerdo que era un sitio lujoso- desde el otro lado de la línea, Víctor, intenta sonsacarle el lugar donde irán esa noche, pero Eva es demasiado meticulosa. Siempre mide sus palabras. Jamás se le escapa nada. "Que fastidio, no lo voy a conseguir", pensó.
-Claro, porque es lo te he dicho, que era lujoso, pero no pienso decirte el nombre- nada no hay manera, no suelta prenda

-De acuerdo no importa nos vemos en tu portal y no me hagas esperar demasiado, adiós

-Ciao y hasta ahora- gracias a Dios que no se ha dado ni cuenta. ¿Qué habría pasado si llega a enterarse de que estaba con otro? Mientras lo piensa vuelve a sonarle el móvil.

-¿Sí?
-Hola guapa, ¿quieres que quedemos mañana?

-No sé, es que... he cometido un error al tomarme contigo la última copa, no debe repetirse, ¡no te das cuenta de que tengo novio!
-Y desde cuando es ese un inconveniente; no tiene porque enterarse si tu no quieres.

-Lo siento no puedo quedar contigo, tendrás que conformarte con ser mi amigo y olvida lo que ha ocurrido antes ¿de acuerdo?

-Vale, pero con la condición de que quedes conmigo para tomar un café

-Sí, claro, un café; ¡que más quisieras!

-Lo prometo, solo un café- después de un rato de silencio tenso él añadió- como amigos y nada más, ¿de acuerdo?

-De acuerdo... ¿donde quedamos?

-Pues en la Puerta de Murillo ¿ok? Ya sabes en el Museo del Prado

-De acuerdo, allí a las nueve

-A las diez y así nos tomamos unas tapas para cenar

-Pero...

-...y luego cada uno para su casa; lo prometo

-Vale...

-Ok, hasta mañana guapa

-Ciao, hasta mañana- la línea se cortó y Eva se quedó con la sensación de ser una bruja, aunque no era para menos, y es que los remordimientos la torturaban de tal manera que decidió contarle todo lo ocurrido a Víctor, bueno, puede que todo, todo, no, pero sí lo más importante.

En la misma ciudad y a la misma hora, pero a cierta distancia.

-Venga, anímate hombre, que te veo muy decaído- Jorge, el mejor amigo de Víctor, también esta pasando por un bache, pero el suyo es económico- ya verás como lo superamos.

-Sí, claro, como no. Y el mundo mañana cuando me levante habrá cambiado de color; ¡será rosa!

-No, por favor. ¡Que hortera!- Ambos explotamos en carcajadas. Jorge y sus salidas. Hace cuánto que no me reía así. Pero él siempre lo consigue.- Tenemos que celebrar tus cumpleaños con algo más que un par de birras, así que mañana te llevo a un sitio por la noche y luego nos vamos de fiesta, ¿qué te parece?

-Bueno, lo cierto es que no...

-Nada de escusas, esta vez no acepto un no por respuesta

- ¿Y cuándo lo aceptas?- Volvemos a reírnos de mí pequeña parida. Es el mejor.

-En tal caso mañana a las diez en la Puerta de Murillo del Museo del Prado
-De acuerdo. Allí estaré-y chocamos nuestras jarras de cerveza sin saber que mañana cambiará todo para mí. Ajenos a lo que se me avecinaba.

1 comentario:

  1. En este mundo no existen las coincidencias, sólo lo inevitable......

    Las infidelidades se perdonan, pero no se olvidan jamás.....jamás....

    ResponderEliminar