Como cada mañana, me levanto temprano, me visto,me preparo el desayuno para llevar y me lanzo a la calle, porque, para variar, llego tarde a la oficina. He optado por el metro, ese agobiante medio de transpote que nos translada de un lugar a otro como sardinas en lata, y me lleva directo a mi usual y corriente destino: la revista
Lo siento, aún no me he presentado, que despiste; pues bien, mi nombre es Víctor y lo único que me falta en esta vida es un piso propio, porque vivo todavía en la casa de mis padres; una familia normal, ya que mis padres solo desean que me vaya de casa, mis primos me torturan y mi perro, si es que puedo incluirlo en esta categoría, me muerde cada vez que me ve; una novia común, que no reulla el hecho de irnos a vivir juntos después de tres años de relación; y, por último, un buen empleo.
Empezaré por este último, porque sinceramente es el más fácil de explicar. De pequeño, y como todos, yo quería llegar a ser alguien, quería ser astronauta; y direis "que típico", pues sí, pero era lo que quería. Por supuesto cambie muchas veces de opinión, que si esto, que si lo otro; cuando ya estaba convencido, y ya era hora, porque estaba a punto de acabar el bachiller, decidí estudiar derecho, para ser un prestigioso abogado, pero ocurrió algo que puso mis planes patas arriba: mi padre decidió traspasarme su negocio. ¡¿Os lo imaginais?! El alto cargo de una fábrica de productos de limpieza, ¡que honor! Mis planes al traste y mi vida arruinada para siempre.
Pensaba que no podía pasarme nada peor, pero por supuesto ocurrió. Poco tiempo después de estar al frente de la empresa, y ya sin posibilidades de ir a la universidad, el negocio quebró. Mi padre tenía dinero ahorrado y podía vivir con lo que le daban de jubilación, pero yo... no tenía nada. No podía estudiar, ni sacarme una carrera, ni optar por ser abogado. Tenía 19 años y ya estaba en paro.
Más o menos después de un mes, conseguí un puesto en una oficina como secretario, y entre encargo y encargo, por que sinceramente te pluriemplean, conseguí estudiar para ser periodista, trabajo que me había llamado la atención a raíz de escribir artículos para deleite personal.
A duras penas conseguí sacarme un módulo de periodismo y empecé a hechar mi curriculum a todos los periódicos y editoriales.
Un año después me ofrecieron un empleo como becario y lo acepte. De nuevo me ví relegado a chico de los recados, y justo en esa fase estoy ahora.
Quizás creais que mi vida es como la de todos los demás, pero sinceramente os puedo decir que, estariais muy equivocados.
En primer lugar, felicidades!!!
ResponderEliminarEn segundo lugar: no pretendas que las cosas sean como las deseas, deséalas como son....Más vale saber algo de todo, que saberlo todo acerca de algo
En tercer lugar: carpe diem, con cabeza y madurez....pero carpe diem!!